La depresión es considerada actualmente como uno de los grandes males que afectan a la humanidad. Comúnmente, todos conocemos a alguien que vive o vivió dificultades en relación a esta oscilación de humor.
Sin embargo, el término depresión, en el lenguaje corriente, ha sido empleado para designar tanto un estado afectivo normal (la tristeza), como un síntoma, un síndrome e incluso la manifestación de una o varias enfermedades.
La evaluación clínica del deprimido permite identificar una gama de posibilidades sintomáticas y de alteraciones fisiológicas. Los aspectos que resaltan las características psicológicas y alteraciones fisiológicas que componen el cuadro depresivo afectan a diversas áreas de la vida del paciente, comprometiendo sus actividades personales y sociales.
Podemos agrupar estos síntomas en cinco áreas distintas: humor, cognición o pensamiento, aspectos somáticos, expresión corporal y vida social. En este texto, explicaré mejor sobre el tratamiento de la depresión a través del Pilates.
Síntomas de la Depresión
Aunque la característica más típica de los estados depresivos es la prominencia de los sentimientos de tristeza o vacío, ni todos los pacientes relatan la sensación subjetiva de tristeza. Muchos se refieren, sobre todo, a la pérdida de la capacidad de experimentar placer en las actividades en general y la reducción del interés por el ambiente.
A menudo se asocia a la sensación de fatiga o pérdida de energía, caracterizada por la queja de cansancio exagerado, alteraciones psicomotoras, principalmente lentitud o retardo psicomotor.
Los síntomas psíquicos generalmente se refieren a los cambios de humor que implican sensación de tristeza, autodesvaloración y sentimientos de culpa. Los pacientes suelen aludir al sentimiento de que todo les parece fútil, o sin real importancia.
Creen que perdieron, de forma irreversible, la capacidad de sentir alegría o placer en la vida. Con eso, viene también la reducción de la capacidad de experimentar placer en la mayor parte de las actividades, antes consideradas como agradables, las personas deprimidas pueden relatar que ya no se interesan por sus pasatiempos favoritos.
Los síntomas fisiológicos también son muy comunes en el cuadro clínico de la depresión, como alteraciones del sueño (insomnio o somnolencia), alteraciones del apetito (más comúnmente pérdida del apetito, pudiendo ocurrir también aumento del apetito), fatiga o sensación de pérdida de energía, por ejemplo .
La persona depresiva puede relatar fatiga persistente, incluso sin esfuerzo físico, y las tareas más leves parecen exigir esfuerzo sustancial y el tiempo para la ejecución de las tareas puede aumentar considerablemente, mostrando importante la necesidad de un tratamiento de la depresión.
En la depresión también es común observar alteraciones osteomusculares. A menudo los pacientes se refieren a la sensación de peso en los miembros, incomodidad e incluso quejas prominentes de dolor crónico como cefalea, dolores vagas en el tórax, abdomen, hombros y columna vertebral.
Se debe recordar que el diagnóstico de las depresiones puede ser enmascarado por estos factores. La ansiedad también está frecuentemente asociada.
La expresión corporal se vuelve típica de los pacientes depresivos.
Las características como cabeza baja, pecho embutido, columna curvada, dificultad para mirar a las personas en los ojos, mirada desvitalizada, despreocupación con la higiene personal, despreocupación con la apariencia, respiración superficial, movimientos lentos y contenidos son algunas de las manifestaciones somáticas evidentes en ese tipo de alteración que muestra la necesidad del tratamiento de la depresión.
Cómo el Pilates puede contribuir en el Tratamiento de la Depresión
Por abarcar el campo de la salud física y mental, es de suma importancia que el tratamiento de la depresión sea conducido por un grupo multidisciplinar, y algunos aspectos sobre la enfermedad necesitan ser conocidos para que se pueda trazar un plan de tratamiento que tenga en cuenta todo el contexto físico y mental involucrado en este proceso.
Una de las tareas más difíciles en el campo de la salud física y mental es ayudar a quien no quiere ayuda.
Es común que haya cierta resistencia del deprimido en aceptar ayuda familiar o profesional para el tratamiento de la depresión por diversos motivos.
La persona puede rechazar ayuda por no reconocerse como enferma, tener miedo de asumir la propia fragilidad ante otras personas y perjudicar su imagen en la convivencia social (trabajo, escuela, familia, amigos), experimentar un sentimiento de desistencia delante la vida por falta de información sobre la enfermedad.
En este contexto, se observa que el vínculo de confianza entre el enfermo y quien intenta ayudarlo es de fundamental importancia para vencer la resistencia, haciendo que se sienta acogido, amado, respetado y comprendido, lo que conducirá al proceso natural del tratamiento sin perjuicios al paciente.
El método Pilates tiene por objetivo trabajar el cuerpo de forma integrada con la mente, buscando la mejora de las condiciones neurofisiológicas y el reequilibrio de las cadenas musculares, respiración, postura, estabilidad corporal y todo eso ayuda en el tratamiento de la depresión.
La búsqueda de la conciencia corporal ha despertado la necesidad de mejorar la valorización del cuerpo en el ambiente, y los beneficios pueden ser reflejados en la imagen exterior e interior del individuo que lo practica.
Además de estos factores, el método Pilates también considera importante la individualidad como forma de abordar al alumno, contribuyendo al estrechamiento del abordaje entre profesional y alumno / paciente, haciéndolo sentirse importante, cuidado y valorado durante el tratamiento de la depresión.
No obstante, la práctica del Pilates por el paciente con cuadro depresivo también puede contribuir en el combate a los síntomas fisiológicos, evitando la fatiga, estrés, dolores crónicos y mejorando la postura y la calidad del sueño.
Beneficios del Pilates para el Tratamiento
Muchos estudios consideran la actividad física bien orientada como beneficiosa para la salud física y mental. Como efectos positivos de la práctica del Pilates en el tratamiento de la depresión podemos citar:
- Aumento de la energía y de la vitalidad
- Reducción de los riesgos de osteoporosis e hipertensión
- Mejora del apetito
- Reducción de la irritabilidad
- Alivio del estrés
- Mejora de la calidad del sueño
- Aumento del tono muscular
- La mejora de la apariencia, la energía y la condición física también aumentan la autoestima
La postura corporal del deprimido, frecuentemente, está marcada por la columna curvada, los hombros caídos y la cabeza baja, impidiendo que la mirada busque un contacto más amplio con el mundo a su alrededor. Son nítidas la expresión de aislamiento y la falta de ánimo, energía y esperanza.
En el intento de estimular la reacción de un amigo, no pocas veces se observa alguien diciendo frases de incentivo: “¡Levante esa cabeza!”; “¡Arregle esa postura!”; “Mira hacia arriba!”. Es probable que las personas no tengan idea de la profundidad de estos consejos en el tratamiento de la depresión.
Al corregir la postura y alzar la mirada, el deprimido mejora el flujo energético de su cuerpo, amplía su respiración y expande el contacto visual con el mundo que lo rodea, alterando su percepción y sus pensamientos.
Además de la corrección de la postura, existen otros trabajos corporales capaces de influenciar en la mejora del cuadro depresivo a través del Pilates.
Entre ellos están los ejercicios de estiramiento, principalmente de la musculatura cervical y de las regiones pectoral y abdominal, que ayudan a ampliar y profundizar la respiración. El fortalecimiento de la cadena posterior, cadena inspiratoria y PowerHouse también ayudan a dar estabilidad y seguridad al alumno.
En función de las actividades diarias y de represiones de la expresión emocional, vividas en la infancia, se perjudica el proceso respiratorio. La tensión crónica provocada en algunos grupos musculares en función de emociones contenidas, trae serias consecuencias para el cuerpo y la mente.
Entre las causas de tensión, podemos citar la protección contra la tristeza, provocando la contracción del abdomen; Inhibición sexual, provocando contracción del vientre, inhibición de la expresión verbal, causando contracción en la región de la garganta.
Y también musculatura flexora cervical, inhibición de la expresión de la rabia, generando tensión muscular generalizada, de escalenos, trapecio y de las sienes.