Cuando los adolescentes pasan muchas horas sentados delante de un libro, ordenador o la televisión, los músculos del cuello, pecho y cadera se van acortando y perdiendo su longitud y flexibilidad natural. Este acortamiento muscular produce a la larga descompensaciones posturales y patrones de movimiento insanos que repercuten a nivel articular y de la estructura músculo-esquelética en general. Con los ejercicios de Pilates enfocados por ejemplo en la extensión de la columna se flexibilizan los abdominales, músculos anteriores del cuello, pecho y de la cadera. Y éstos tan sólo son algunos beneficios que esta disciplina aporta.
Entre los 10 y 14 años los huesos de los niños tienen un crecimiento longitudinal más rápido que el músculo. Este aspecto debe ser considerado por los instructores de pilates para poder adecuar el entrenamiento de la flexibilidad, de tal forma que resulte beneficiosa en la prevención de futuros acortamientos musculares; también deben tomar en cuenta el tiempo de adaptación del propio músculo a ese aumento de longitud ósea.
Trabajando de manera progresiva, un niño de diez u once años puede llegar a tener un grado de movimiento articular impresionante.
Desde los 80 hasta nuestros días se han prodigado los estudios sobre la postura de los escolares, dejando entrever un problema importante ante el que actuar. Jiménez y cols (1995) afirman que “los periodos de crecimiento en el niño provocan desequilibrios del sistema óseo y muscular; son un serio peligro de surgimiento de deformidades raquídeas”, aunque para Bartoluzzi (1994) la función preventiva se debe centrar en la prevención de posturas incorrectas” para lo que propone el fortalecimiento de las masas musculares paravertebrales dorsales y de la musculatura abdominal, para favorecer la adquisición de técnicas de reeducación postural para adquirir una postura corporal correcta.
En porcentajes, podemos destacar el estudio de Ferrer y cols (1995) en el que de una muestra de 926 deportistas adolescentes se obtuvieron:
- Un 9,3 % de niños con escoliosis estructuradas.
- Un 6,4 % con hipercifosis.
- Un 18,7 % de actitudes hiperlordóticas.
- Un 24,9 % con acortamiento isquiosural.
Y como estudio más reciente podemos mencionar el de Rodríguez, J (2000) que en base a encuestas a escolares determina un 18% de alumnos con patologías de columna vertebral y un 33, 5 % con patologías de la postura en general.
Teniendo en cuenta que habría que sumar el porcentaje de alumnos que afirman estar sanos por desconocimiento de su problema.
Para actuar en este sentido hace falta un método de trabajo eficaz, que en poco tiempo nos pueda dar resultados y que a la vez pueda ser asequible a los niños, ya que el trabajo en ámbito escolar tiene ciertos condicionantes que nos condicionan. Por tanto necesitamos un medio de actuación que se adapte a los adolescentes.
Pilates es una nueva forma de entrenamiento cada vez con más adeptos y que nos puede dar esa motivación que buscamos en los adolescentes, además ha demostrado su eficacia en varios estudios; Russell and Cols (2005) probaron el efecto del entrenamiento diario en Pilates sobre la composición corporal, en sujetos de 11 años. Dato relevante ya que hasta entonces las investigaciones se habían centrado en adultos. Además se ha conseguido modificar la composición corporal, es de suponer que aspectos posturales se han modificado.
Un entrenamiento de Pilates mejora de forma significativa la actitud postural de los adolescentes desde las seis sesiones de trabajo, aumentando los beneficios considerablemente a partir de las doce sesiones.
Afirmamos que se mejora la actitud postural basándonos en estudios que consideran que la mejor forma de reeducar posturalmente es un adecuado trabajo de resistencia y de fuerza en los músculos abdominales y una buena elasticidad de la musculatura lumbar e isquiotibial.